miércoles, 20 de enero de 2021

ALARCÓN, EL LUGAR DE LOS PASOS PERDIDOS

 


            Sorprende y admira que tanta pequeñez física, demográfica, pudiera en algún momento ejercer tan brioso señorío sobre un territorio dilatado a la vez en el tiempo y el espacio. Pues ocurrió, fue posible. La villa de Alarcón, con remotos e indecisos orígenes en tiempos góticos, con vigencia y total certeza en el periodo musulmán, alcanzó su culminación con la llegada de los cristianos; tras la conquista, el lugar fue modificado para adaptarlo a las nuevas necesidades, no tanto las derivadas de su integración en la corona de Castilla como las promovidas por su señor natural, el marqués de Villena y no fue la menor de todas construir hasta cinco iglesias para distribuir en ellas la populosa y abigarrada población humana.

            Recuperada militarmente por Alfonso VIII, su nieto, el Sabio, le otorgó el Fuero de Cuenca con ligeras adaptaciones, mientras durante un periodo no muy largo formó parte de la Orden de Santiago, antes de pasar a los Villena. Uno de los miembros más ilustres de la familia, el infante Don Juan Manuel, pasó en Alarcón parte de su tiempo, distribuyéndolo adecuadamente entre operaciones militares contra los musulmanes del reino de Murcia, intrigas cortesanas, operaciones administrativas propias del territorio y asuntos literarios, porque pese a tanta ocupación material, el infante, como sabemos, encontró tiempo apropiado para elaborar una fecunda, siempre atractiva de leer, obra narrativa.

            Por estas calles paseó el infante, y los marqueses, y quizá alguna vez reyes y otros señores. Podemos imaginarlo, aunque las piedras que hoy nos contemplan o sienten el peso de nuestros cuerpos no son ya aquellas engarzadas sobre el pavimento en tiempos godos, o musulmanes, ni siquiera góticos. Alarcón desmenuza el paso de los minutos de cada día dejándolos resbalar sobre nuevos guijarros, losas casi recién llegadas del taller, en una paciente labor de reconstrucción encaminada a devolvernos la gracia y el encanto de una bellísima urbe medieval. En el núcleo de todo, la Plaza Mayor, que lleva también el título del infante don Juan Manuel, ocupa un espacio elevado, abierto a las miradas, encuadrado por tres elementos arquitectónicos de consideración: el Ayuntamiento, espectacular, con un potente soportal, del siglo XVI; la iglesia de San Juan Bautista, de origen románico sobre el que se levantó la actual fábrica gótica, con bóveda de cañón para cubrir la única nave, en cuyas paredes un artista contemporáneo, Jesús Carlos Mateo, ha elaborado una valiosa colección de pinturas murales; y la Casa del Cura, un edificio palacial del siglo XVIII, de estilo barroco. Los tres configuran este espacio rectangular, abierto, amplio, donde se respira todo el sabor auténtico de las verdaderas plazas mayores de Castilla.




            Al otro extremo del espolón rocoso está el castillo. Entre él y la plaza, o si se quiere decir mejor, entre él y el Ayuntamiento, símbolo civil y cívico por excelencia, está el pueblo, el callejero urbano, que se extiende mediante un trazado lineal de largas calles sinuosas, bellamente empedradas, a las que dan poderosos portalones, severos escudos, austeras y hermosas rejas de hierro, incorporados todos a las elegantes casonas que traducen, en nuestra época, el ambiente de aquellas otras donde se albergaron nobles y soldados, literatos y artesanos, eclesiásticos de todo tipo. Recuperada para el disfrute de las sociedades contemporáneas, a las que con alegre inconsciencia suelen aplicarse calificativos poco amables acerca de su sensibilidad para apreciar y sentir la belleza, Alarcón contradice esa vulgar simplificación para demostrar cada día cómo puede suscitar la emoción y el placer en quienes siguen acudiendo hasta ella, en el uso reconfortante del viejo, entrañable, eterno disfrute de andar pausadamente por callejas y rincones de añejo, eterno sabor.

 Comer y dormir

     Parador Marqués de Villena. Avenida Amigos de los Castillos, 3; 969 330 315.

     Hotel Villa de Alarcón. Plaza de la Autonomía, s/n.; 902 879 055 / 902 879 440.

     Posada El Infante. Doctor Tortosa, 4; 969 330 323.

     Hostal Don Juan. Marqués de Villena, 4; 618 875 893 / 679 284 922

     Deseada. Casa rural. Capitán Julio Poveda, 27. 969 330 312 / 656 944 263.

     El hidalgo de Alarcón. Casa rural. Posadas, 11.

     Casa Jacinto. Casa rural. Infante don Juan Manuel, 3. 969 330 362 / 649 860 493.

     La Cabaña de Alarcón. Refugio. Álvaro de Lara, 21; 969 330 373

 

 

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