Ahí
mismo, al lado de la ciudad, al alcance de la mano como quien dice, se
encuentra uno de los lugares más bellos, sugerentes, atractivos y todos los
epítetos que se quieran añadir (el diccionario es generoso) de cuantos forman
el rosario, también abundante, de sitios merecedores de visitar y ver. Imagino
que buena parte de lectores habrá identificado de inmediato, nada más ver la
foto, la iglesia de Arcas, la mejor conservada, también la de más brillante y
singular aspecto, de cuantas forman el entramado primitivo de la estructura
eclesial de la
provincia. Sorprende , de manera muy notable (yo, al menos, no
he conseguido acostumbrarme a ello) que esta belleza, situada en un lugar
perfectamente accesible, en un pueblo bien conocido, donde no había nada que
ocultar ni misterios que esconder, permaneciera totalmente ignorada por
historiadores y cronistas hasta bien entrado el siglo XX. Es inútil buscar
mención alguna en los habituales escritores sobre Cuenca: desconocen la
existencia de este monumento. Una buena referencia la podemos encontrar en la
más que conocida y usada Guía Larrañaga: ni una palabra en la primera edición,
de 1929. Sí la cita en la segunda, de 1966. Entre esas fechas se produjo el
“descubrimiento” de que en Arcas, ahí al lado, a la vista de todo el mundo,
había una iglesia románica de singulares características. Fue preciso -lo
recordaré aquí para alivio de los desmemoriados e información de los no
informados- que el templo entrara en avanzado estado de ruina hasta el punto de
tener que ser cerrado en 1961, trasladándose el culto a una dependencia
municipal. El obispado, sin dinero entonces (y eso que aún no había llegado la
imaginaria crisis posterior) pretendió llevar adelante una reforma que hubiera
sido catastrófica para la naturaleza de la iglesia. El buen
párroco Aurelio Patón Castellanos se devanó los sesos buscando ayudas para
impedir el previsible desastre. Gustavo Torner fue el mensajero e intermediario
y Ángeles Gasset puso los medios. Bienaventurados sean todos ellos y quienes
detrás llegaron hasta culminar la obra y dejarla a disposición del disfrute
colectivo hasta el tiempo presente y ojalá durante mucho más del futuro.
Quienes se acerquen hasta Arcas podrán
ver este bellísimo
enclave arquitectónico, iniciado en el románico tardío (siglo XIII) al que se
aportaron algunos elementos de transición al gótico. Lo que diferencia sobre
todo a la iglesia de Arcas de las demás de la misma época existentes en la
provincia de Cuenca es la extraordinaria maestría puesta en su ejecución
material y la enorme belleza de sus elementos constructivos, que la convierten
en una auténtica obra de arte, mientras que sus hermanas de la zona alcarreña y
el Campichuelo son obra espontánea de artistas locales no muy refinados. En
Arcas, toda la fábrica es de mampostería, reforzada con sillares de piedra en
las esquinas y puertas. También el ábside es de sillería. Una cornisa recorre
todo el edificio bajo la cubierta, conservando casi todos sus canecillos.
En
el ábside semicircular hay una ventana de arco de medio punto, con moldu
ra de
toro hacia el intradós y las jambas. Otras dos ventanas similares quedan
situadas en los muros laterales y próximas a la primera. Otra ventana hay en
los pies de la iglesia; a través de ellas penetra en el templo una tenue
luminosidad natural que proporciona un amable ambiente de penumbra. Seguramente
las ventanas del ábside iluminaban unas pinturas murales románicas situadas en
la parte superior y de las que se conservan algunos restos.
La portada
principal es un bellísimo ejemplar
ojival; se encuentra en posición adelantada sobre el muro sur, en el centro de
la nave y la forman cinco arquivoltas apoyadas en cinco columnas acodilladas en
retirada (es decir, formando una línea diagonal desde la más exterior a la más
interior), con fuste liso de una sola pieza y capiteles de penca, terminados en
volutas que dan lugar a una atractiva serie de formas curvas de naturaleza
vegetal. Dos ventanas enrejadas, estilo Renacimiento, en posición simétrica con
relación a la portada, completan la fachada Se trata, con toda evidencia, de
una obra que pertenece ya al gótico pleno, lo que permite deducir que recibió
de manera directa la influencia de quienes estaban trabajando en la catedral de
Cuenca a comienzos del siglo XIII.
Hay
que dedicar una mención especialísima a la muy original espadaña, situada en el
exterior del edificio, en posición perpendicular al cuerpo de la iglesia, en lo
que parece ser una ordenación espacial que no tiene ningún otro ejemplo en la
arquitectura española. Su estructura es como la de cualquier otra espadaña
románica, solo que separada de la iglesia y con una abertura que permite el
paso bajo ella a través de un arco apuntado que, a la vez, hace el papel de
entrada al recinto eclesial. Sobre él se levanta el cuerpo de campanas, que
concluye en un frontón apuntado con tres huecos, uno superior y dos bajo éste.
Por una escalera exterior puede llegarse hasta el campanario. Esta sorprendente
pieza de arquitectura quedó al descubierto con las obras de reconstrucción, ya
que hasta entonces la ocultaba el cuerpo de la sacristía, adosado al templo
justo en esta zona. El especialista Luis Cervera supone que este campanario se
levantó en el siglo XVI.
Y no digo más, por hoy, que aquí no se
trata de hacer una guía turística al uso. Como apunte de lo que es y representa
esta maravilla, ya está bien. Otro día pasaremos al interior de esta verdadera
joya del arte y la arquitectura.
Cómo llegar
Arcas está apenas a quince minutos de
Cuenca. Se debe toma la carretera autonómica C 320, en dirección a Valencia. A
la llegada de una rotonda se gira a la derecha por la CM 2100 y en seguida está
el pueblo.
Dónde comer y dormir
Arcas
de Agua. Hotel.
Maldonado, s.n.; 969 253 328. Tiene restaurante
Isis.
Hostal. Carretera
N-320 (Cuenca-Motilla), km. 130; 969 253 214 / 625 376 118. Tiene restaurante
Pradería.
Restaurante Asador.
Camino de Ballesteros. 969 253 202.
El
Pajar de la Abuela. Casa
rural. Arcábica, 13. 655 496 086
Villana.
Casa Rural.
Urbanización Cañada Molina, 235. 629 176 962 / 609 630 303.
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