Queda
Villaescusa de Haro al lado del camino, pegada a él, pero como ausente del
tráfago humano que va por el asfalto de un sitio a otro, como si no fuera con
el ánimo de la villa el trasiego incontenible, el devenir constante del paso
del tiempo que parece introducir una distorsión en lo que permanece constante,
como el recuerdo de la serie de obispos que aquí nacieron y desde aquí fueron a
parar a diversas diócesis españolas, entre ellas la propia, la de Cuenca, donde
varios (Diego Ramírez de Villaescusa en cabeza) dejaron una impronta tan
duradera que sobrevive más allá de las circunstancias concretas. De aquella
época mantiene su elegante presencia la iglesia parroquial dedicada a San Pedro
Apóstol, en cuyo interior, como formando un aparte, se cobija uno de los más
extraordinarios recintos artísticos que jalonan el mapa de la provincia.
La
iglesia, de tres naves, empezó a construirse a mediados del siglo XVI, sobre
los restos de otra anterior, que lógicamente sería de un estilo más primitivo
pero en la que -y es cosa digna de ser destacada- se respetó la capilla
dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, levantada a comienzos de ese mismo
siglo, de manera que mientras en el conjunto del templo se aprecian las
circunstancias rigurosas del Renacimiento, se mantiene en esta capilla la
tendencia marcada por el gótico-isabelino, propio de la inspiración de la reina
católica.
El
interior del templo es verdaderamente de una grandeza solemne a la vez que
austera, porque no hay en su fábrica elementos decorativos de especial
brillantez externa, pero el equilibrio está patente en sus tres naves que
culminan en otras tantas capillas cubiertas con cúpulas de media naranja, a las
que se unen otras laterales. El retablo mayor es una obra tardía del barroco
español, construido hacia el año 1765, con una estructura que apunta ya la
regularidad esquemática del neoclásico, con altas columnas rematadas en
capiteles corintios.
Pero dentro de ese conjunto hay que
dirigir la mirada de manera intensa hacia ese rincón que forma una auténtica
individualidad artística, un espacio de singular belleza, que es la capilla de
la Asunción, fundada en 1507 por el ya citado obispo Diego Ramírez para que
sirviera de enterramiento familiar y para ello no solo se preocupó de dirigir
la obra por sí mismo, sino que además la dotó con una capellanía formada por
seis religiosos, cuatro diáconos y dos acólitos. Se llega a ella por la nave
del Evangelio, a través de una triple arcada adornada con multitud de labores y
estatuillas; es de planta cuadrada que en la parte superior se convierte en un
octógono para quedar cubierta por una bóveda estrellada. Hay una finísima labra
de piedra en arcos, capiteles, celosía, ventanales, produciendo en general una
impresión fastuosa, la que genera una obra de tales características artísticas
en la que destaca, sobre todo, el impresionante retablo dedicado a una
escenificación de la vida de la virgen María, para concluir en su Asunción a
los cielos, episodios que se pueden seguir, con un carácter verdaderamente didáctico,
a lo largo de los paneles que forman la obra, que siendo gótica, apunta ya las
maneras y las tendencias que en estos momentos estaba incorporando el
Renacimiento.
Fiel a la intención del fundador,
hay varios enterramientos de miembros de la familia Ramírez, cuya presencia
viene a complementar el admirable espectáculo que se nos ofrece dentro de esta
iglesia parroquial en la que, como complemento moderno hay que señalar la
recuperación por los hermanos Desmottes de un órgano clásico, sin que se pueda
olvidar la existencia de la impresionante custodia labrada por Becerril y que
se encuentra depositada en el Museo Diocesano de Cuenca, de donde viene a la
villa cada año, el día de Corpus Christi.
Cómo
llegar
Villaescusa
de Haro se encuentra en la carretera N-420, diez minutos antes de llegar a
Belmonte.
Dónde comer y dormir
Palacio Rural Universitas. Calle
Colegio, 2; 605 016 075. Casa rural. Situada en un edificio estilo renacimiento
reconstruido.
Casa Rural San Juan. Plaza de San Juan, 6; 690 932 728
Casa Rural El Capellán.
Plaza de San Juan, 6; 690 932 728
Restaurante Saga. En la
carretera N-420, frente al acceso a la villa; 967 168 577
Bar Cococó. Santa Ana, 34
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