sábado, 16 de mayo de 2020

VILLAESCUSA DE HARO. UNA JOYA DEL ARTE




Queda Villaescusa de Haro al lado del camino, pegada a él, pero como ausente del tráfago humano que va por el asfalto de un sitio a otro, como si no fuera con el ánimo de la villa el trasiego incontenible, el devenir constante del paso del tiempo que parece introducir una distorsión en lo que permanece constante, como el recuerdo de la serie de obispos que aquí nacieron y desde aquí fueron a parar a diversas diócesis españolas, entre ellas la propia, la de Cuenca, donde varios (Diego Ramírez de Villaescusa en cabeza) dejaron una impronta tan duradera que sobrevive más allá de las circunstancias concretas. De aquella época mantiene su elegante presencia la iglesia parroquial dedicada a San Pedro Apóstol, en cuyo interior, como formando un aparte, se cobija uno de los más extraordinarios recintos artísticos que jalonan el mapa de la provincia.
      La iglesia, de tres naves, empezó a construirse a mediados del siglo XVI, sobre los restos de otra anterior, que lógicamente sería de un estilo más primitivo pero en la que -y es cosa digna de ser destacada- se respetó la capilla dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, levantada a comienzos de ese mismo siglo, de manera que mientras en el conjunto del templo se aprecian las circunstancias rigurosas del Renacimiento, se mantiene en esta capilla la tendencia marcada por el gótico-isabelino, propio de la inspiración de la reina católica.
      El interior del templo es verdaderamente de una grandeza solemne a la vez que austera, porque no hay en su fábrica elementos decorativos de especial brillantez externa, pero el equilibrio está patente en sus tres naves que culminan en otras tantas capillas cubiertas con cúpulas de media naranja, a las que se unen otras laterales. El retablo mayor es una obra tardía del barroco español, construido hacia el año 1765, con una estructura que apunta ya la regularidad esquemática del neoclásico, con altas columnas rematadas en capiteles corintios.



     Pero dentro de ese conjunto hay que dirigir la mirada de manera intensa hacia ese rincón que forma una auténtica individualidad artística, un espacio de singular belleza, que es la capilla de la Asunción, fundada en 1507 por el ya citado obispo Diego Ramírez para que sirviera de enterramiento familiar y para ello no solo se preocupó de dirigir la obra por sí mismo, sino que además la dotó con una capellanía formada por seis religiosos, cuatro diáconos y dos acólitos. Se llega a ella por la nave del Evangelio, a través de una triple arcada adornada con multitud de labores y estatuillas; es de planta cuadrada que en la parte superior se convierte en un octógono para quedar cubierta por una bóveda estrellada. Hay una finísima labra de piedra en arcos, capiteles, celosía, ventanales, produciendo en general una impresión fastuosa, la que genera una obra de tales características artísticas en la que destaca, sobre todo, el impresionante retablo dedicado a una escenificación de la vida de la virgen María, para concluir en su Asunción a los cielos, episodios que se pueden seguir, con un carácter verdaderamente didáctico, a lo largo de los paneles que forman la obra, que siendo gótica, apunta ya las maneras y las tendencias que en estos momentos estaba incorporando el Renacimiento.
     Fiel a la intención del fundador, hay varios enterramientos de miembros de la familia Ramírez, cuya presencia viene a complementar el admirable espectáculo que se nos ofrece dentro de esta iglesia parroquial en la que, como complemento moderno hay que señalar la recuperación por los hermanos Desmottes de un órgano clásico, sin que se pueda olvidar la existencia de la impresionante custodia labrada por Becerril y que se encuentra depositada en el Museo Diocesano de Cuenca, de donde viene a la villa cada año, el día de Corpus Christi.

Cómo llegar

      Villaescusa de Haro se encuentra en la carretera N-420, diez minutos antes de llegar a Belmonte.

Dónde comer y dormir

    Palacio Rural Universitas. Calle Colegio, 2; 605 016 075. Casa rural. Situada en un edificio estilo renacimiento reconstruido.
    Casa Rural San Juan. Plaza de San Juan, 6; 690 932 728
    Casa Rural El Capellán. Plaza de San Juan, 6; 690 932 728
    Restaurante Saga. En la carretera N-420, frente al acceso a la villa; 967 168 577

    Bar Cococó. Santa Ana, 34


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