Camina uno
por esas tierras de Dios gobernadas y manejadas por los hombres, sin tener
nunca la completa certeza de qué se puede encontrar en el vaivén viajero y pese
a ese acomodo permanente a la sorpresa, siempre sobresalta la aparición de lo
inesperado, con matices variados según como sean los ingredientes puestos en
juego. Así, con estas cavilaciones, me encuentro en el corazón mismo de Horcajo
de Santiago, contemplando la perspectiva de su voluminosa, realmente
espectacular, iglesia parroquial, dedicada, como es cosa lógica en un lugar que
rinde culto tan acentuado a la Inmaculada Concepción, a esa misma titulación
mariana que aquí estalla en fragor multitudinario cada víspera de 8 de
diciembre. Tenía en la retina de la mirada -también en la del archivo
fotográfico- la imagen de una visita anterior cuando, al dar la vuelta a la
esquina, desde la Plaza Mayor por la calle Hervás y Panduro, bordeando la que
fue casa natal del ilustre filólogo jesuita me encontré de bruces con la visión
de esa plaza puesta patas arriba, envuelta en ladrillos, cemento y obreros,
mientras el edificio eclesial mantenía (como ahora) enhiesta su presencia,
cerrado a cal y canto, ajeno al trajín que a sus pies levantaba ruido y polvo.
Pero la iglesia es inamovible, esta y
la de todas partes, como corresponde a una institución dos veces milenaria.
Aseguran las descripciones que es obra levantada en el siglo XVI y modificada
en el siguiente mediante las oportunas disposiciones del prior de Uclés que por
aquí tenía jurisdicción plena y por tanto capacidad para decidir sobre las
iglesias parroquiales de los pueblos que formaban su jurisdicción. Casi desde
cualquier ángulo de visión, el elemento que más destaca -además, por supuesto,
del ya citado importante volumen de la fábrica arquitectónica- es la potente
torre distribuida en cuatro cuerpos, alzando de manera airosa su presencia
visual sobre el entorno. Queda al otro lado del edificio la portada principal,
la llamada Puerta del Sol, de estilo plateresco y delicada belleza, con una
sencilla imagen de la Inmaculada situada en una hornacina elevada sobre el eje
central de la entrada. Esa es la puerta que cada año se convierte en elemento
fundamental del enorme espectáculo que es el Vitor, cuando quieren cruzarla
unos e impedirlo otros, en ese rito a medias procesional y a media cabalístico,
tan sorprendente y desusado que las descripciones siempre quedan pálidas ante
la realidad. Tanto que solo cabe recomendar calurosamente la asistencia y que
cada cual experimente sus propias vivencias.
Si hay suerte y posibilidad de hacerlo,
se puede echar un renovado vistazo al interior de la iglesia, una sola y
magnífica nave gótica cubierta con bóveda de crucería estrellada, bajo la que
se abren varias ventanas ojivales en los segmentos más elevados los muros; tres
de ellas pueden apreciarse en la foto. Al lado mismo, pero fuera del encuadre,
está la Casa de la Cadena, uno los edificios emblemáticos que tiene Horcajo de
Santiago y no es el único. Algunos son muy curiosos como las cuevas excavadas
en el suelo con sus chimeneas sobresaliendo en la superficie, repartidas en dos
sectores, El Santo y El Boleo, que se advierten porque sobresalen las chimeneas
y respiraderos a nivel de suelo.
El
recorrido por el callejero urbano permite encontrar suficientes elementos de
interés artístico, como grandes casonas, rejería, escudos nobiliarios,
portalones de madera, patios interiores, etc., a pesar de que los dos últimos
siglos han conocido una importante, y en ocasiones destructiva, renovación del
equipamiento arquitectónico. Entre esos edificios destacan la Casa de los
Arquero, Casa Jardín, Casa del Marqués (de estructura tradicional campesina).
La antigua cárcel es edificio levantado en los siglos XVI y XVII. Son estos
solo algunos ejemplos, quizá los más llamativos, de un trazado urbano que es
preciso recorrer pausadamente y con atención.
Cómo
llegar
Por la carretera CM 200, entre Tarancón y Villamayor de
Santiago. También desde la N-III por la CU 3031 desde Almendros por Torrubia
del Campo hasta Horcajo.
Dónde
comer y dormir
Hostal Mesón Luna. Cooperativa, 5; 969 127 547
La Alvardana. Casa Rural. Imágenes, 13.
Restaurante
Calimero. Angela Rosa de Silva, 1; 969 128 118
Bar
Restaurante Oriental. Alonso de Céspedes; 969 127 099
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